El presente, una oportunidad de cambio.
Te preguntas ¿qué ocurrirá realmente en los tiempos que
vives? Lo primero que te digo es que el
tiempo no es importante, no debes pensar que determina nada relevante. Sin
embargo desde nuestra perspectiva humana, en términos prácticos sí ocurren
cruces, ritmos y conjunciones que le dan a un instante o época una cierta
relevancia, porque allí se juntan o acumulan ciertas líneas de tiempo y mayores
energías, como ocurre con los anillos concéntricos que avanzan desde el lugar
donde una piedra cae en la superficie de una laguna. Entonces sí te digo que
estás en un tiempo donde se concentran grandes potenciales de cambios. Pero
debes tener en cuenta que para formar parte de cualquier tendencia universal
debes tener algo de ella en tu interior; si no fuese así, podrías estar a
metros del lugar donde explote una bomba atómica y ni siquiera te enterarías; o
podrías estar junto a un grupo de personas que se transformen en ángeles y
tampoco te darías cuenta. Por eso es tan
importante que tomes clara conciencia de lo que en verdad quieres para ti mismo.
Es cierto que las condiciones actuales son altamente propicias para un gran salto
en la evolución de la conciencia; sin
embargo nada ocurrirá para el que no lo desee de ninguna manera.
Ahora bien, hay muchos deseos de los cuales la gente no está
muy consciente y sin embargo los lleva en su interior, para esas personas
pueden ocurrir cosas bastante sorprendentes; incluso para aquellos que sí
desean fervientemente un cambio pueden quedar atónitos con la magnitud de lo
que les puede ocurrir; pero insisto que depende de lo que cada uno espere y
desee… (conciente o subconscientemente)
¿Cómo debes proceder entonces? Aunque es
tu decisión, te voy a dar el siguiente consejo: Comienza por revisar tus deseos
conscientes, escríbelos en un papel, defínelos de la mejor manera que puedas,
acláralos, corrígelos, redefínelos, etc.
Una vez que tengas muy claros tus deseos conscientes, guarda el papel y
juega un nuevo juego, atrévete ahora a intentar definir los deseos de tu alma,
aquellos que sólo a veces percibes con el rabillo del ojo. Antes procura entrar en un estado de paz, de
relajación y luego, anota todo lo que se te venga a la mente que podrías
anhelar y que no esté en la lista anterior, no te preocupes demasiado si son
deseos o son la divagación de tu mente; simplemente toma nota de todo lo que
pase por tu conciencia, en forma de un deseo, anhelo, aspiración o hasta la
súplica de un alma aprisionada o cansada de no encontrarse a si misma. Y no temas tampoco que se cuelen en tu
enumeración algunos deseos que quizá temas que podrían traerte algún problema,
pues esta lista no será automáticamente un decreto de lo que vas a perseguir,
es sólo un ejercicio para clarificar tu comprensión con respecto a cuáles son
los deseos que te mueven y cuáles quizá deberían comenzar a tener mayor influencia
en el curso de tu vida. Recuerda que esta lista no es definitiva, y la puedes
modificar a cada instante, la puedes corregir, redefinir, replantear, etc. De
hecho esa es la idea de este ejercicio. En verdad te digo que te sorprenderías
grandemente si comprendieras cuántos de tus problemas y contratiempos se deben a
que no has definido claramente lo que realmente quieres de la vida. La mayoría de las personas abrigan la
creencia de que todo les ocurre en forma independiente de lo que ellos mismos quisieran;
así, se sienten víctimas de un destino inmanejable e incontrolable; no puedo enfatizar lo
suficiente la importancia de erradicar de raíz esa absurda creencia. Debes
tomar plena conciencia de que todo cuanto te acontece responde directamente a
las decisiones que has tomado -tanto a nivel consciente como a nivel
subconsciente- por eso es tan importante conocer de la manera más clara posible
tus verdaderos deseos y tus más profundos anhelos.
Ahora bien, aquí es necesario detenerse por un instante para
dejar cristalinamente claro lo
siguiente: Es fundamental hacer una clara distinción entre los deseos de tu ego
y el más profundo anhelo de tu verdadero Ser, pues no sólo son muy diferentes,
sino que en último término son deseos totalmente opuestos. Aunque esto es algo que quizá no estás
preparado para comprender completamente, por ahora te diré que la diferencia
fundamental entre ambos es que el ego busca satisfacción en cosas que lo
separan de los demás (ser mejor que otros, tener más, dominar, vencer,
castigar, etc.) Mientras tu verdadero
Ser busca la paz y la felicidad en la unión con los demás (amar,
perdonar, asociarse, compartir, unirse, etc.).
¿Puedes decidir libremente entre ambos tipos de deseos? Claro que sí, de hecho lo haces todo el
tiempo; sin embargo es importante que estés consciente de que si bien alcanzar
los deseos del ego eventualmente te puede traer intensas satisfacciones, hay
dos cosas importantes que tienes que saber sobre este tipo de logros: La
primera es que la sensación de virtual felicidad que proporcionan, siempre será
un estado pasajero. Y la segunda cosa importante a saber es que, perseguir los
deseos del ego es lo que ha provocado todo el dolor y sufrimiento que se haya
conocido en este Universo. Por eso, al momento de elegir esa moneda es
necesario observar que tiene dos caras y que no podrás tener una sin la
otra.
Por otro lado, si persigues el anhelo de tu verdadero Ser,
aunque te parezca un proceso lento, puedes tener la seguridad que estarás
avanzando inexorablemente a un estado definitivo de completa dicha y paz. Pero la decisión en el tiempo es tuya y no
importa cuánto te insista en este punto, siempre tu ego te dirá que la
satisfacción que él ofrece es más deseable que la que te ofrece el encuentro
con tu verdadero Ser.
Como ves, esto es lo que está en juego en estos tiempos; es
decir, lo que siempre ha estado en juego, desde que el principio de este Universo.
Pero todos queremos saber más sobre lo que está ocurriendo a nivel mundial,
político, económico, ecológico; queremos saber si habrá guerras, catástrofes,
si llegarán los extraterrestres, si la Tierra ascenderá a una dimensión
superior, etc. Esto quizá demuestra que en realidad estamos más interesados en
las vicisitudes de este mundo, es decir de los asuntos del ego. Sí claro, este
mundo es el reino del ego. ¿No te has
dado cuenta acaso de que aquí todo parece estar separado de todo lo demás y la
unidad de Dios con sus hijos parece ser sólo una idea lunática? ¿Acaso piensas que Dios creó este mundo para
convencernos que su propia naturaleza es absurda e imposible? Quizá piensas que
Dios creó un mundo opuesto a si mismo como un castigo contra sus hijos
rebeldes. Eso en definitiva significaría que Dios comparte la locura del
ego.
No, no tratemos de asignar a Dios la locura que se ha colado
en nuestras mentes, más bien asumamos la responsabilidad de lo que hemos
decidido: Escapar de la perfecta y gozosa unidad con Dios y buscar en este
mundo de la separación una satisfacción más intensa… en último término: la
experiencia de derrotar a Dios.
Pero no pensemos ni por un instante que Dios se ha molestado
de algún modo por este absurdo juego nuestro, y que busca ansiosamente
castigarnos o darnos una lección; no abriguemos de ninguna forma la idea de que
Dios tiene un “ego” y está dolido, ofendido, irritado, triste, o decepcionado
porque decidimos buscar otro camino. Por
el contrario debemos tener siempre presente que nuestro Padre -en su infinito, perfecto
e incondicional amor- ha tendido un puente para que todo aquel que decida
volver a casa pueda hacerlo y siempre tendrá una mano extendida esperando el
momento en el cual decidamos que ya no
hay nada allá afuera que nos tiente a perder tiempo dolorosamente tras una
quimera; y entonces, al igual que el hijo pródigo comprobaremos que nuestro
Padre, en lugar de un gran castigo, en realidad nos tiene preparada una gran
fiesta de bienvenida; porque el amado hijo que se había perdido ha sido hallado… y ha vuelto al gozo de ser quien realmente
es.
De esto se trata este tiempo y no existe otra historia en
este Universo.