viernes, 8 de agosto de 2014

¿PAZ O GUERRA?

Estamos viviendo tiempos muy difíciles: guerras, terrorismo, conflictos políticos, crisis económicas, enfermedades epidémicas como el Ébola, extraños incidentes de aviones, amenazas de un conflicto global, etc.
Algunas personas están reaccionando con miedo, angustia, agresividad, depresión, etc. Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo deberíamos enfrentar nosotros esta situación?
De cara a un gran conflicto (por ejemplo el Palestino-Israelí) una tendencia muy humana es tomar partido por uno de los bandos; sin embargo, esta decisión no hace más que polarizar aún más la situación externa; y más grave aún, aumenta nuestro propio conflicto interno. Pero, ¿cómo puede un conflicto externo, que está ocurriendo a miles de kilómetros de distancia agravar un conflicto en el interior de nuestra conciencia? La respuesta es la siguiente:
No existen los problemas externos, todos los conflictos que has tenido en toda tu vida han sido internos.
Las situaciones externas sólo cumplen la función de gatillar o traer a la mente consciente los conflictos que están dormidos o suprimidos temporalmente. Puedes observar un conflicto que parece desarrollarse allá afuera, pero en realidad, todo lo que sientes al respecto está directamente relacionado con tu propio conflicto interno. ¿Cómo se relaciona lo de afuera con lo de adentro? ¿Cómo traducir lo que estás viendo afuera con lo que está pasando al interior de tu conciencia? ¿Qué representan -en tu conflicto interno- los actores del conflicto que ves afuera? Palestinos, israelíes, musulmanes, judíos, ucranianos, rusos, afganos, sirios, suníes chiitas, etc. En realidad da exactamente lo mismo; en tu interior hay un solo conflicto y nada más: Miedo o Amor.
El miedo te lleva a odiar, a querer atacar, a ‘defenderte’ destruyendo a tus enemigos y a verlos como seres despreciables que merecen el castigo e incluso la muerte. Esto en definitiva, te lleva a verte a ti mismo como alguien que en el fondo también merecería el mismo castigo (porque en el fondo de tu conciencia sabes que todos somos parte de un mismo ser)
En el lado opuesto de tu conciencia está el Amor, que es la visión que te llama a confiar en que más allá de las apariencias de peligro, siempre estás a salvo, que siempre habrá una fuerza divina que te protegerá de todo aparente riesgo, que no necesitas atacar a nadie para estar a salvo. Y a la vez comprendes que esa fuerza, por ser divina, tiene la obligación de proteger a todos los seres por igual; por lo tanto, te das cuenta que si tú trataras de dañar a otro ser, estarías luchando contra la misma fuerza que debe protegerte a ti.
Quizá te cueste creerlo, pero en definitiva, tu deseo de atacar a otro es lo único en todo el universo que puede llevarte a experimentar la ilusión de que algo o alguien te está atacando o amenazando. Este es uno de los grandes trucos sucios de este universo holográfico. Digo truco sucio, pues te lleva a creer que de alguna manera puedes obtener un beneficio a partir de un ataque. Este es el origen del perverso concepto de la guerra o ataque preventivo.
¿Por qué el universo se presta para este truco sucio? La respuesta a esto es muy compleja, por lo cual lo dejaremos para otra oportunidad. Por ahora sólo adelantaré que el Universo es algo así como un mecanismo fabricado para experimentar ‘lo contrario al amor’; sin embargo, las fuerzas divinas lo pueden usar con otro propósito: para reparar o sanar los daños generados por la experiencia para la cual fue creado.
Bueno, eso es todo por ahora, espero que esta reflexión te sirva para decidir entre las únicas dos opciones que existen:
Paz o Guerra.

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